Probar el M235i hizo que no me convenciera la nueva fórmula compacta de BMW. Rápido era, sí, pero le faltaba carisma, interacción con el conductor, esencia de BMW por esos aspectos para involucrarte en cada curva. Tampoco la estética era de mi gusto, con una trasera recargada y demasiado alta.

Pero el 118d me ha demostrado que, en ocasiones, las versiones más básicas de un mismo concepto de coche pueden resultar mucho más acertadas. Este Serie 1 es, probablemente, el mejor compacto para conducir que hay en el mercado actualmente dentro de su rango de potencia y precio. No es "trasera" y no tiene exóticos materiales en sus brazos de suspensión, pero todo lo que hace lo hace mejor que sus rivales, y además lo acompaña con un motor diésel que da que pensar...