Te cuento una historia para contextualizar el hecho de que, en esta vida, todo es pasajero. A veces nos sentimos perdidos, agobiados y sin rumbo, es importante que tengas en mente que hasta los momentos más amargos, siempre pasan.
Todo pasa, incluido lo bueno o positivo que te sucede, vivimos esta vida con subidas y bajadas, y tendemos a pensar que la felicidad durará para siempre, y la desesperanza también.
Espero que esta historia y estas palabras te ayuden a encontrar ese rumbo perdido, y a ajustar las velas para cuando una tormenta se vea en el horizonte.