Hay muchas estructuras enigmáticas en nuestro planeta con enigmas irresolubles asociados a ellas. Y aquí hay algunas cosas más que son capaces de asombrar por sus fantásticas características arquitectónicas. Apostamos a que muchos de ustedes se sorprenderán de las conclusiones a las que estos artefactos nos llevarán finalmente.

En la primavera de 1985, en las aguas costeras de la pequeña isla japonesa de Yonaguni, un instructor de buceo local tropezó accidentalmente con un extraño objeto. No muy lejos de la orilla, literalmente bajo la superficie de las olas, vio un enorme monumento de piedra que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Amplias plataformas planas cubiertas con una ornamentación de rectángulos y rombos se convierten en intrincadas terrazas que descienden por grandes escalones.
Después de que el buzo informara de su hallazgo a los expertos, los periódicos japoneses se llenaron de titulares sensacionalistas. Pero la comunidad científica ignoró casi por completo los informes. Los historiadores no tienen información sobre la cultura capaz de crear una estructura de este tipo aquí. Por ello, prefirieron declarar que la hipótesis del origen artificial del monumento submarino de Yonaguni era una mera especulación y la achacaron a un extraño juego de la naturaleza.
Pronto se vio que no era ni mucho menos el único aspirante al título de ruinas de una civilización antigua.
A unos 200 metros al sureste del Monumento se encuentra un objeto que ha sido bautizado como el "Estadio". Tiene la apariencia de una especie de estadio, ya que es una zona despejada de unos 80 metros rodeada de estructuras escalonadas que se asemejan a las gradas de los espectadores. Aunque las "gradas" en sí mismas son muy parecidas a las formaciones puramente naturales, también se encuentran en ellas canalizaciones y "caminos" cortados.
Finalmente, se encontró un objeto que despejó todas las dudas. Desde lejos, parece la caseta de un gran submarino. Pero al acercarse a esta "caseta", se convierte en... ¡¡¡una cabeza humana de 7 metros de altura!!! A veces se la denomina "figura parecida a un moai", con una reminiscencia de las estatuas de la lejana Isla de Pascua. Y si se quiere, se puede encontrar un cierto parecido, aunque muy distante.
En principio, la propia "cabeza" podría ser una formación puramente natural. Pero lo que es absolutamente indiscutible es que las depresiones que forman la boca y los ojos muestran signos de un refinamiento evidente, si no artificial.
Moray es un pueblo de Perú situado a unos 50 km al noreste de Cusco, junto a la ciudad de Maras. La ciudad de MorAi es famosa por su gran complejo de ruinas que se remontan a la civilización inca. Entre las ruinas destacan enormes terrazas redondas, presumiblemente monumentos de la agricultura en terrazas. La profundidad de los pozos (el mayor tiene unos 30 m de profundidad) crea una diferencia de temperatura de 15° C entre la parte superior y la inferior. Como muchos otros monumentos incaicos, Moray tenía un elaborado sistema de riego agrícola para suministrar agua a las plantas.
A primera vista, Moray recuerda mucho a un antiguo anfiteatro griego. Los investigadores han establecido que se trataba de una especie de laboratorio agrícola incaico en el que se seleccionaban experimentalmente las mejores condiciones para diferentes cultivos y vegetales. En Moray hay un total de cuatro complejosterraza de este tipo; el mayor tiene 45 metros de profundidad. Cada nivel tiene 2 metros de altura, lo que crea una diferencia de temperatura de 56°C entre la parte superior y el fondo del "pozo".
Los distintos niveles de las terrazas recibían diferentes cantidades de luz solar y precipitaciones. Las muestras de suelo mostraron que la tierra había sido traída de otras regiones de Perú, de la selva, del subtrópico y de los Andes. Así, los tecnólogos incas determinaron en la práctica qué tipo de semilla era más adecuada para unas condiciones concretas. Las semillas supergrandes se distribuyeron después a las regiones para mejorar la calidad de la cosecha.