Este coche de Fórmula 1 tiene 1400 caballos de fuerza, eso es 400 MÁS que los coches de F1 de hoy en día.

Todo se trataba de ingenieros llevando las máquinas más allá de los límites de la tecnología en ese momento, creando MONSTRUOS.

Pero tuvieron un problema principal, les ENCANTABA explotar.

Los turbos aparecieron de la nada en la Fórmula 1, déjame explicarte. Desde 1966 se permitía crear motores en cualquier formato, siempre y cuando tuvieran una capacidad máxima de 3 litros.

Y los equipos usaban todo tipo de motores, planos de 4 cilindros, en línea de 4 cilindros, V6, V8, V16, de todo.

Pero había una regla que ignoraron. Se permitían motores con "inducción forzada", pero debían tener una capacidad de menos de 1.5 litros.

Así que SE PERMITÍAN los turbos y los compresores. Pero nadie los usaba.

Ya conoces la magia que un turbo puede proporcionar en cuanto a rendimiento, es probable que tu coche de carretera tenga uno. Están en todas partes.

Y no es que no fueran populares en los años 60 y 70 tampoco. Había coches de carretera como el Oldsmobile Cutlass Jetfire y el Chevrolet Corvair Monza Spyder que eran turboalimentados. Y también era MUY común en la industria aeroespacial.

Pero todos los equipos eligieron el formato más sencillo y ligero de los motores de 3 litros de aspiración natural. Muchos estaban utilizando el motor Ford Cosworth DFV, que pronto se convirtió en un ICONO en la Fórmula 1. Era ligero, potente, fiable y, lo más importante, BARATO.

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