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Las infecciones urinarias afectan a muchos perros, especialmente a las hembras. Normalmente las bacterias irrumpen en las vías urinarias desde el exterior, y ascienden por ellas hasta infectar la vejiga urinaria y, en ocasiones, los propios riñones. Los agentes infecciosos, los tumores, los cálculos y una alimentación inadecuada pueden influir en su aparición y evolución.
Los signos pueden incluir:
Aumento de la frecuencia de micción (el animal orina más frecuentemente; es uno de los primeros signos de que la vejiga está afectada por una infección urinaria).
Molestias al orinar (el perro orina poca cantidad y repetidamente, incluso en ocasiones dentro del hogar, y los machos pueden agacharse al hacerlo, en lugar de levantar la pata).
La orina puede aparecer teñida de sangre o turbia.
Los cálculos urinarios producen pocos síntomas en las hembras. Sin embargo, en los machos, las “piedras” urinarias pueden obstruir la uretra, que es estrecha; una infección de la próstata puede causar también la obstrucción de la uretra. En esta situación el perro hace esfuerzos por orinar sin conseguirlo y debe ser tratado con extrema urgencia.
Si los riñones están afectados, el animal beberá y orinará mucho más de lo normal, y puede arquear la espalda por el dolor. La orina teñida de sangre o turbia puede ser más evidente.
Fuente: https://www.zoetis.es/conditions/perr...
Juan Gonzalo Angel
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