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La capital colombiana se ha convertido en una ciudad de oportunidades para los madrileños, y es que el país está pasando por una fase de bonanza económica en los últimos años. Si a eso le unimos el carácter abierto de sus gentes y la influencia caribeña, encontramos un gran destino para visitar, invertir... y vivir.

Con nuestra primera madrileña, Paloma, presentadora del emblemático programa de la televisión pública 'Panorama', tomamos el pulso al centro de la ciudad. Mercadillos, los teléfonos por minutos, puestos de fruta, chamanes... Visitamos el convento de Santa Clara, del siglo XVII y el palacio de San Carlos, que fue residencia de Simón Bolívar. De hecho, por primera vez una cámara entra en la que fue la habitación del libertador.

Con Juan Antonio quedamos en El Chorro de Quevedo, el primer asentamiento español en este territorio. Pasamos por el estrecho y bonito callejón del Embudo, un lugar muy pintoresco y turístico. Ya en el centro, charlamos con los "esmeralderos", un gremio alegal que se dedica a la venta de esmeraldas y joyas en plena calle Y es que el 55% de las esmeraldas que se producen en el mundo son colombianas. Entramos en el museo Botero y nos desplazamos al pueblo de Zipaquirá, cuyo subsuelo está repleto de minas de sal.

El emblemático santuario de Montserrate es el lugar donde quedamos con Eva. Es un lugar de peregrinación cada domingo, donde se mezcla quien viene por motivos religiosos y quien viene por puro ocio. Aquí notamos el llamado "mal de altura", y es que nos encontramos a 3.000 metros de altitud. Al norte nos adentramos en el parque de El Chicó, en una de las zonas más exclusivas de las ciudad, y conocemos el Museo del Oro, que guarda la mayor colección de orfebrería prehispánica del mundo. Y qué mejor que acabar la noche rumbeando en el Gaira Café, propiedad del cantante Carlos Vives y su hermano Guillermo.

Mª Eugenia nos enseña la plaza de Bolívar, el "kilómetro 0" de Bogotá, donde se encuentran algunos edificios oficiales y la catedral. La Candelaria, el barrio colonial del centro, contrasta con los grandes edificios modernos y la zona más exclusiva de la ciudad, donde se encuentra la conocida peluquería D Norberto o el restaurante Andrés Carne de Res, un local de cinco pisos en el que trabajan más 2.000 empleados.