El Vauxhall Lotus Carlton nacería en el auge de las súper berlinas de la década de los 90. BMW conquistaba a la juventud con su M5 E34, Mercedes servía a los más puristas con el E500 y Opel/Vauxhall pues también quería una porción del pastel. Pero, como la firma del rayo no tenía una división de alto rendimiento en aquel momento, decidieron unir fuerzas con el fabricante británico de deportivos Lotus.

Los ingenieros de Lotus en Hethel, que por cierto, eran los mejores del mundo, poca gente da notoriedad a esto, aplicaron sus conocimientos de rendimiento en el Carlton. Sacaron el seis cilindros en línea de 3.0 litros, e incrementaron su capacidad a 3.6. Pues como no era suficiente, le adosaron dos turbos, uno para cada tres cilindros. En aquel remoto 1989, nadie hubiese sido capaz de predecir que dos fabricantes británicos unirían fuerzas para crear una berlina que alcanzase los 100 km/h en 5,1 segundos. Y mucho menos, que esa berlina rivalizaría con superdeportivos tan mitificados como el Ferrari Testarossa. Cuando digo

Nacido bajo la denominación interna Tipo 104, cuando apareció por vez primera en el mercado de 1990, se postulaba como el automóvil de producción de cuatro puertas más rápido del mundo, ya que una velocidad máxima de 285 Km/h, era más que suficiente para avergonzar a muchos superdeportivos de su quinta.