De manera sorpresiva, el importante neurocirujano Eben Alexander, conocido por sus rigurosos estudios sobre las ECM, se ha convertido en testigo directo de sus propios estudios. Aseguró que, tras estar siete días en estado de coma, había tenido la sensación de permanecer en algún lugar celestial.
«Fui rescatado por una luz blanca en la que se escuchaba una melodía increíblemente bella». Así empezó el viaje de Eben Alexander. Su cuerpo, sumido en un profundo coma, yacía en una cama de un hospital de Virginia. Siete días después, Alexander abrió los ojos para sorpresa de los médicos que lo habían desahuciado.
Según sus palabras, "fue una odisea completamente coherente, un lugar lleno de mariposas y música celestial. El sonido de un canto glorioso que descendía de lo alto".

Su extraordinario relato ha levantado suspicacias entre los miembros de la comunidad científica. Para empezar, porque Alexander aprovecha su condición de neurocirujano para validar su teoría. Pero sobre todo porque, según algunos expertos en el campo de la neurociencia, los argumentos que utiliza son, en realidad, científicamente endebles.

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